El agua es un bien invaluable. Nuestra vida se desarrolla estrechamente con esta composición de oxígeno e hidrógeno, en especial nuestra alimentación. Entre un 70% y 80% del consumo de agua mundial está destinado a la agricultura, por ello el ahorro de agua en la agricultura y su aprovechamiento son dos de los temas más relevantes de los últimos años.
Según The water food print, para producir un kilo de fruta se necesitan 962 litros de agua, mientras que para producir un kilo de verduras se necesitan 322 litros. Sin embargo, las frutas y verduras no son los únicos productos que requieren agua: están los cereales (1.644 litros), o los animales que comemos tanto en el consumo de carne (15.415 litros) como en sus derivados como la leche (1.020 litros) o los huevos (3.265 litros).
Para ejemplificarlo, The water foodprint nos dice que si hiciéramos un sándwich de queso tendríamos ¡un consumo de 200 litros de agua! Además, si continuamos agregando elementos como lechuga y una rebanada de jamón de pavo, ¡sumamos 600 litros en uno de los alimentos más comunes del día al día! Sorprendente, ¿no te parece?
El problema para desarrollar estrategias que eviten la pérdida de agua ha sido que, hasta ahora, cada ciudad, región o país velaba por sus propias problemáticas. No obstante, en los últimos años, el ahorro de agua se ha convertido en un problema global que necesita buscar salidas globales que contribuyan a preservar los recursos. El consumo es inevitable, pero un uso responsable es un elemento clave para la agricultura y una verdadera ventana de innovación para el futuro.
1. Elige un sistema de riego adecuado
Estamos cada vez frente a más periodos de sequía. Por ello, es importante que para ahorrar agua se utilice un sistema que pueda aportarla al cultivo cuando las condiciones ambientales no puedan proveerla. Pero no bastará con aportarla, es importante buscar un sistema que la economice. Los sistemas más eficientes son aquellos que pueden distribuir el agua en puntos muy precisos directamente en la tierra, donde se evita la exposición del agua con el aire o con la planta misma -por la posibilidad de la pérdida por evaporación.
2. Reutiliza el agua
La utilización de aguas residuales tratadas permite reutilizar agua que de otra forma no volvería a ser útil para el consumo, aportando a la economía circular. Esto, además, evita la extracción de masas de agua superficiales y subterráneas, quienes han sufrido un gran deterioro durante los últimos años.
3. Evita al máximo el desperdicio de alimentos
Actualmente, un tercio de la producción se pierde antes de llegar a la mesa del consumidor. Según el Instituto de Recursos Mundiales, esto representa 1,3 billones de toneladas, lo que se traduce en 166 trillones de litros de agua, ¡casi el 24% del agua utilizada para fines agrícolas!
La reducción de la pérdida de alimentos en la cadena de suministro puede verse favorecida por el uso de tecnología que permite hacer un seguimiento de la logística y las comunicaciones y que proporciona datos en tiempo real, lo que reduce el riesgo de cometer errores que provoquen la pérdida de alimentos.
El ahorro de agua en la agricultura es un problema que va desde el agricultor hasta el supermercado. Para tener una cadena de suministro estable que nos permita seguir proporcionando alimentos a los consumidores, tenemos que actuar pronto.
¿Preparado para hacer el cambio? En Consentio contamos con una plataforma que te permite tener el control de tus compras y ventas de alimentos frescos en todo momento, evitando así el desperdicio.
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