Comer tomates en una ensalada en pleno diciembre o tomar un jugo de naranja a mitad de agosto son cosas que en el pasado no se habrían siquiera planteado. ¿Por qué? Porque están fuera de temporada.
Las frutas y verduras de temporada son aquellas que son ofertadas en el momento en que su cosecha natural termina. Esto significa que han seguido ciclos “naturales” para ser producidos sin intervención de ningún factor externo para tener una cosecha exitosa, y que no han sido transportados desde otras zonas geográficas donde el clima es propicio para su cultivo fuera de temporada.
Comer frutas y verduras de temporada tiene muchos beneficios para tu cuerpo y para el medio ambiente. Te enumeramos algunos de ellos:
1. Conservan mejor sus nutrientes. Al estar en el punto de maduración óptimo, sus niveles de vitaminas, y en el caso de las frutas de azúcar, están en el estado ideal para su consumo.
2. Son más económicos. Son menos caros de producir, pues no se necesitan de invernaderos o de transporte aéreo o marítimo, lo que vuelve a las frutas y verduras de temporada más asequibles.
3. Reducimos el impacto ambiental. Una fruta y verdura que no es de temporada requerirá de esfuerzos extra, como traerlas de zonas tropicales, lo que implica emisiones de CO2 para su transporte, o producir en invernaderos, lo que supone un importante consumo de agua y electricidad durante el cultivo.
4. La naturaleza encuentra un equilibrio. Patatas para el invierno donde necesitamos de energía extra para atravesar el frío o sandía para el verano donde necesitamos hidratarnos: la naturaleza nos proporciona aquello que necesitamos. Comer frutas y verduras de temporada permite conseguir con más facilidad darle a tu cuerpo lo que necesita.
Muchas iniciativas promueven el consumo de frutas y verduras de temporada, y en los supermercados puedes encontrar algunas secciones donde te dan consejos sobre cuáles son las frutas o verduras oportunas para cada época del año.
¿No sabes qué frutas y verduras comer en febrero? Aquí tienes algunas ideas: