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Frutas y hortalizas: envasado y normativa
Frutas y hortalizas: envasado y normativa
10 de diciembre de 2024
3,5 minutos

"El mejor envase es, por supuesto, el que no existe". Sin embargo, en el mundo de las frutas y hortalizas frescas, donde convivimos a diario con las ideas de alimentos sencillos, naturales y sostenibles, a menudo resulta difícil aplicar esta regla. 

Aunque las propuestas, recomendaciones y decretos relativos a los envases de plástico de frutas y hortalizas y a la reducción de los residuos de envases siguen generando mucha tinta, en la actualidad no existe ninguna normativa europea que armonice las prácticas en toda la UE. Se dice que la Comisión está trabajando en ello. Es posible incluso que se plantee adoptar el enfoque francés, tomando a este país como referencia.

Francia, criticada por su exceso de celo, adoptó la ley AGEC (contra los residuos para una economía circular), aplicada mediante un decreto muy controvertido. Publicado inicialmente a finales de 2021, para ser retirado a finales de 2022 y revisado el pasado mes de mayo, el decreto prohíbe los plásticos alveolados que recubren las cajas de cartón a granel, así como los envases de plástico de muchas frutas y verduras frescas no procesadas que se venden en lotes de menos de 1,5 kg. Hasta la fecha, 29 categorías están exentas de esta prohibición, ya que son demasiado propensas a estropearse si se venden a granel o sin la protección adecuada. Pero para 2026, todas las frutas y hortalizas estarán cubiertas. Teniendo en cuenta el comercio transfronterizo, esta legislación no sólo afecta a los productores y comercializadores franceses.

Los envases, a caballo entre la protección y la sostenibilidad, se encuentran en el centro de un debate que, como habrá adivinado, concierne a todos nuestros clientes y nos interesa especialmente. Hemos intentado arrojar algo de luz sobre el tema.

Las principales funciones del envasado

Las frutas y hortalizas frescas pueden venderse a granel o envasadas por unidad de consumo. ¿Qué hace el envasado?

1. Protege: como una barrera física, impide que el producto se dañe o entre en contacto con la suciedad, y frena la transmisión de microorganismos.

2. Conserva: al evitar manipulaciones innecesarias, optimiza la vida útil de un producto durante su transporte, almacenamiento y comercialización.

3. Informa: origen, recetas, consejos... una herramienta de comunicación diseñada para atraer, informar e impulsar las ventas.

Teniendo en cuenta estos tres puntos, no cabe duda de que los envases contribuyen a reducir el desperdicio alimentario. Potenciar sus beneficios y aprovechar su reciclabilidad parece más adecuado que cuestionar su utilidad, lo que tendría un impacto gigantesco en toda la cadena de suministro. Las materias primas utilizadas para fabricar envases adaptados a las características de cada categoría de productos son diversas. Pueden ser de origen vegetal, como el papel, el cartón, la pasta de papel, la celulosa... o sintético, como muchos tipos de plástico. Evidentemente, los costes medioambientales - producción, transporte, reciclado - varían enormemente de unos a otros, en función de los métodos de fabricación, etc.

¿Papel y plástico como opuestos?

A veces, puede parecer que hay dos bandos enfrentados: mientras que el papel se considera costoso y de alto consumo energético para producir y transportar, el plástico se señala como uno de los principales responsables de la contaminación medioambiental, sobre todo en los océanos, a pesar de que, en teoría, siempre es reciclable. Y sin embargo, cada uno de ellos puede aportar al sector soluciones adecuadas, según el producto, el destino final y los métodos de venta...

Bajo presión legislativa y social, asistimos actualmente a una fuerte reducción de la producción y el uso de plásticos, en favor de los llamados materiales naturales. Esto exige grandes inversiones por parte de los fabricantes de envases, lo que provoca interrupciones en el suministro y un aumento de los precios.

Una vez más, el debate continúa. ¿Y si, al perseguir el noble objetivo de proteger el medio ambiente, forzar el uso de papel, cartón y madera acaba provocando más residuos e incrementando desmesuradamente los costes y los precios?

¿Cuáles son las alternativas?

¡Terminemos con una nota positiva! Para evitar las largas distancias de transporte y el deterioro de los productos frescos y, por tanto, frágiles, el consumo local y de temporada, posiblemente a granel, es una solución lógica, pero lejos de ser siempre factible.

Por otra parte, las limitaciones y dificultades suelen propiciar la aparición y aceleración de soluciones innovadoras. La investigación y el desarrollo de diversas soluciones están en estudio o en curso, como envases "inteligentes" reciclados-reciclables, películas o revestimientos aplicados directamente sobre el producto para prolongar su vida útil, "tatuajes" láser, envases retornables o reutilizables en casa... variedades seleccionadas por su longevidad y resistencia en los canales de venta, o tratamientos (atmosféricos, físicos, biológicos...) destinados a prolongar la frescura del producto.

Aunque las instituciones del sector tienen absolutamente la palabra, los consumidores también tienen un papel clave en la transición que se está produciendo: adoptando nuevos productos, aceptando un precio más alto, adaptando sus prácticas... ¡o no!

Por desgracia, en Consentio no tenemos la respuesta a este problema, que nos preocupa a todos. Sin embargo, le ayudamos a comprar y vender sus productos ahorrando tiempo y de forma transparente, para que sus frutas y hortalizas frescas, envasadas o no, tengan las mejores posibilidades de llegar a un consumidor bien informado.