El 2021 ha comenzado, pero es importante hacer un balance de aquello que nos dejó el 2020 para poder proyectar de forma inteligente y precisa; para poder tomar decisiones que beneficien a nuestro negocio y al medio ambiente en la misma medida.
Durante el año 2020 el ecommerce tuvo un aumento sin precedentes. Según el Informe del Mercado Global de Comercio Electrónico de Alimentos y Bebidas, la industria crecerá de 14,9 mil millones de dólares en 2019 a unos 22,4 mil millones en 2022, estabilizándose en 2023 con 34,6 mil millones de dólares, lo que significa una tasa de crecimiento anual compuesta del 23,4%. Increíble, ¿verdad? Pero no es el único factor a tener en cuenta.
El Observatorio Catelem ha revelado en su estudio anual que en Europa hay una ola de activismo que se preocupa por el medio ambiente; esto nos muestra que hay un crecimiento sustancial en el comportamiento de los consumidores a la hora de elegir qué comprar: sus compras están, sin duda alguna, guiadas por el marco de la proximidad y la responsabilidad social. 9 de cada 10 consumidores tienen en cuenta la sostenibilidad a la hora de consumir, el 51% comprueba que los productos son nacionales, mientras que el 22% prefiere que el producto sea regional.
9 de cada 19 consumidores refieren que el sector alimentario es el más comprometido a la hora de adoptar comportamientos responsables.
¿Cómo se traduce esto en las empresas de perecederos?
1. Una oportunidad tecnológica
La necesidad de digitalizar un negocio se presenta como la oportunidad no solo de sumarse a un movimiento que está dando resultados, sino que permite describir al consumidor lo que está obteniendo. Un usuario es más proclive a comprar cuando cuenta con todos los detalles de aquello que está por consumir o comerciar, lo que da un margen a un negocio para ser tan específico y tan técnico como sea necesario.
2. Sacar el máximo beneficio del producto
Independientemente de si se trata de melones o tomates, tener la oportunidad de compartir información en tiempo real con decenas de contactos a la vez en lugar de hacer una llamada cada vez da un margen de ventaja a contrarreloj: las posibilidades de comercio crecen, se facilita el comercio de proximidad y conseguimos que un producto cambie de destino.
3. Tener cada vez menos desperdicio de alimentos
Como consecuencia del punto dos, un mayor control sobre los tiempos y sobre la comercialización permitirán fortalecer y vender más rápido aquello que tiene el tiempo en su contra. Esto se traduce en productos que no serán desperdiciados, sino que llegarán a una mesa y harán feliz a un consumidor
4. Ahorrar recursos
Viajar para reunirse frente a frente, llevar el control del negocio desde diversas plataformas, capturar manualmente datos, confusiones a la hora de enviar o recibir pedidos… todas estas cosas se pueden evitar con el uso de aplicaciones que permitan centralizar toda la actividad comercial. ¡Una forma de hacer sustentable un negocio es intentar ahorrar tanto como sea posible en los errores que se pueden evitar!
5. Actuar con datos
Tanto si necesitas saber cuánto cultivar como si necesitas saber cuánto comprar, los datos son grandes amigos. La memoria que un negocio tiene de ellos, para compararlos con el pasado y hacer proyecciones futuras, pueden marcar una diferencia significativa en el compromiso con el no desperdicio y con ahorrar en transportes innecesarios.
Las oportunidades se generan desde diversos ángulos y la tecnología ha abierto ventanas en la época donde nuestras puertas se han mantenido cerradas. Este es un buen momento para los negocios para analizar y tomar las decisiones que marquen una diferencia.
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