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Productos no estándar: Una fuente de valor desperdiciada
Productos no estándar: Una fuente de valor desperdiciada
26 de marzo de 2025
5 minutos

1. 🥕🍏Productos no normalizados en Francia: Rechazados por la gran distribución

Imagínese un campo lleno de zanahorias torcidas, manzanas demasiado pequeñas o demasiado grandes, tomates con ligeras irregularidades... Todos igual de sabrosos y nutritivos que los estandarizados, y sin embargo nunca llegarán a las estanterías del supermercado. ¿Por qué? Porque no encajan en las estrictas normas impuestas por la gran distribución.

Esta obsesión por la estética tiene graves consecuencias para los productores. ¿Qué pueden hacer con estas frutas y verduras rechazadas? Existen varias opciones, pero ninguna es realmente ideal:

Este despilfarro masivo es absurdo. Según la ADEME, cada año se desperdician en Francia 10 millones de toneladas de alimentos, de los que una parte importante corresponde a frutas y verduras consideradas "demasiado imperfectas" para los estantes de los supermercados.

La Ley Garot de 2016 intentó abordar el problema obligando a los supermercados a donar sus alimentos no vendidos a organizaciones benéficas. Sin embargo, no aborda directamente el problema de los productos fuera de tamaño. Existen algunas iniciativas, pero siguen siendo demasiado marginales dada la magnitud del desperdicio de alimentos.

En resumen, la Ley Garot prohíbe a los supermercados de más de 400 m² desechar alimentos comestibles y les obliga a firmar acuerdos con organizaciones benéficas para donarlos. Establece una jerarquía de acciones contra el despilfarro: prevención, donaciones, alimentación animal y, por último, valorización energética. El objetivo es reducir el desperdicio de alimentos y ayudar a las personas necesitadas. Sin embargo, sólo se aplica a la gran distribución, lo que deja importantes pérdidas en fases anteriores de la cadena de suministro.

2.🛒🍳 Soluciones emergentes, pero aún insuficientes

Afortunadamente, algunos agentes se niegan a rendirse y están explorando soluciones para dar una segunda vida a estos productos:

Estas iniciativas demuestran que otro modelo es posible, pero el desarrollo a gran escala requiere una movilización colectiva y un verdadero cambio de mentalidad.

3. 💡Hacia una revalorización sistemática de los productos atípicos

La forma en que vemos las frutas y hortalizas debe evolucionar. Aceptar productos de forma irregular no significa comprometer la calidad. Al contrario, apoya a los productores, reduce los residuos y fomenta un consumo más responsable.

Algunas ideas para acelerar esta transición:

Si valoramos estos productos en lugar de rechazarlos, podemos convertir un problema en una oportunidad. Lo que actualmente se considera "desecho" puede convertirse en un recurso valioso. Es un reto económico, ecológico y ético. ¿Y si, en lugar de juzgar un tomate por su forma, lo eligiéramos por su sabor?