Cultivos sedientos: cómo la escasez mundial de agua está cambiando la cadena de valor alimentaria

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21 de diciembre de 2023

Incendios forestales en Italia y España.

Reducción drástica de las asignaciones de agua en la cuenca del río Colorado. 

Temperaturas abrasadoras en el este de África.

Decir que nuestro planeta se enfrenta a una crisis del agua es quedarse corto. Con Europa sufriendo su peor sequía en 500 años y el oeste de EE. UU. en medio de su racha más seca en al menos 1.200 años, parece evidente que esta realidad viene acompañada de importantes implicaciones.

Y los efectos de esta crisis en la agricultura son, en una palabra, preocupantes.

Agricultura y agua

Según el Banco Mundial, aproximadamente el 70% de todas las extracciones de agua dulce del mundo se utilizan para fines agrícolas. Así que, mientras el suelo se seca y las lluvias no caen en muchas de las regiones de cultivo más importantes del mundo, la pregunta que se plantea es: "¿Qué vamos a hacer?"

Las olas de calor masivas están estresando y destruyendo los cultivos en toda Europa, y más de la mitad del centro y del oeste de Estados Unidos -un área responsable de un setenta por ciento de la producción de frutas, verduras y frutos secos del país- está clasificada como en condiciones de sequía severa... o peor.

Pero para empeorar las cosas, es probable que esto sea sólo el principio. Según un estudio, el 80% de las regiones de cultivo del mundo experimentarán una escasez de agua todavía mayor en 2050.

La situación de los agricultores

La falta de agua está pasando factura a la producción de cultivos especializados:

Y la lista continúa...

Al no disponer de agua suficiente para sus cultivos, los agricultores se ven obligados a tomar decisiones de gestión imposibles, y a menudo desgarradoras.

En California se están arrancando cientos de hectáreas de árboles frutales, y algunas familias que han explotado explotaciones de frutas y hortalizas durante décadas están dejando de funcionar.

Sin embargo, los efectos van mucho más allá de la granja.

Comercialización, distribución y venta al por menor en un mundo con menos agua

Con la disminución del rendimiento y la calidad de las frutas y hortalizas debido a la escasez de agua, ¿en qué situación quedan los proveedores, distribuidores y minoristas?

En una situación precaria en la que la innovación y la flexibilidad son cruciales.

Calidad del producto: El estrés térmico en las variedades de lechuga cultivadas en California mantiene los precios altos, pero los daños causados por la temperatura y el sol hacen que la calidad y la cantidad de la cosecha sean motivo de preocupación. Este ejemplo, así como los frutos físicamente más pequeños e incluso "deformes", sugiere que la distribución de productos de calidad y atractivos puede seguir siendo un reto. 

Regiones de cultivo cambiantes: El cambio climático y la escasez de agua también están cambiando las regiones geográficas de cultivo de algunos productos. La producción de uva de mesa está creciendo rápidamente en zonas de México y Perú antes ignoradas por la industria, y las variedades de cerezas y arándanos de bajo frío también están abriendo nuevas opciones de regiones de cultivo para los productores. Estos cambios, impulsados principalmente por la búsqueda de agua, probablemente modificarán los patrones de distribución y las vías de transporte de muchos cultivos especializados.

Recibiendo el golpe: El hecho de que los precios de los alimentos se están inflando no es ningún secreto. Sin embargo, mientras los costes agrícolas se han disparado y los costes de venta al público también en más de un 20% para algunos productos, los precios de venta al público de las verduras refrigeradas sólo han aumentado algo más del 6%. ¿Por qué? Los supermercados están inmersos en una feroz competencia para atraer a los consumidores finales, y eso hace que los productores, los mayoristas e incluso los propios minoristas absorban los costes.

Carga y esperanza

Varía de un producto a otro, pero a corto plazo, gran parte del aumento del coste de los alimentos asociado a la escasez de agua acaba saliendo del bolsillo del consumidor. Aunque, como se ha señalado, los minoristas se presionan entre sí para reducir los márgenes y compartir la carga.

Pero a largo plazo, ¿hay esperanza? ¿Cuál es la respuesta a la crisis mundial del agua?

Innovación... y ya estamos en camino.

Desde las variedades de semillas resistentes a la sequía hasta la tecnología de riego por goteo e incluso la comercialización única de esas frutas y verduras "no tan bonitas", la agricultura está haciendo lo que mejor sabe hacer: adaptarse.

Hay importantes retos por delante. Hay que enviar señales de precios y la innovación debe tener sentido económico para productores, comercializadores y consumidores.

Pero la necesidad... y es necesaria... es la madre de toda innovación.

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