Un producto se considera "de temporada" cuando crece de forma natural en una región, sin invernaderos con calefacción ni transportes de larga distancia. En Francia, las fresas aparecen en primavera, los tomates en verano y las manzanas en otoño.
Esta estacionalidad depende del clima local, la luz solar, las precipitaciones y la temperatura del suelo. Por tanto, varía de un país a otro, a veces drásticamente.
Imagine que está en Francia, en pleno verano. Los mercados están llenos de calabacines, tomates, melones. Son lo que llamamos "productos de temporada". Ahora súbase a un avión - destino: Ecuador. Allí, los productos de temporada desaparecen. El clima es suave todo el año, y los árboles de mango dan fruta casi continuamente.
En regiones ecuatoriales como Kenia, Colombia o Ecuador, las temperaturas apenas fluctúan entre enero y diciembre. ¿El resultado? Aguacates, plátanos y flores crecen casi todo el año. Aquí, las "estaciones" dependen más del régimen de lluvias o de la altitud que del calendario.
Volvamos a cambiar de escenario: dirijámonos a la cuenca mediterránea. En España, Marruecos o el sur de Italia, las estaciones existen, pero son más suaves. Los inviernos son suaves, los veranos largos y calurosos. Eso significa que se pueden cultivar productos durante más tiempo sin necesidad de invernaderos con calefacción. Los tomates están listos en primavera, y los cítricos duran hasta febrero.
Ahora imagínate diciembre. ¿Hace mucho frío en París? ¿Nieva en Berlín? Mientras tanto, es tiempo de cosecha en Chile o temporada de arándanos en Sudáfrica. En el hemisferio sur, las estaciones están invertidas con respecto a Europa. Esta complementariedad global ayuda a mantener llenas las estanterías de los supermercados, incluso en pleno invierno.
Dato curioso:
Perú es ahora un importante proveedor mundial de aguacates. Pero su temporada sólo dura seis meses. Cuando los árboles peruanos descansan, los cultivadores de las regiones montañosas de México toman el relevo, donde el clima permite hasta tres cosechas al año. Este sistema de relevo mundial es lo que mantiene tus cuencos de guacamole bien surtidos todo el año.
La estacionalidad determina la disponibilidad de un producto, pero también su precio, calidad y origen. Para compradores y distribuidores, esto significa:
Ejemplo:
El jengibre suele considerarse "exótico". Pero también se cultiva en Francia... sólo de abril a septiembre. El resto del año, se importa de la India o China, que pueden producir todo el año gracias a sus climas tropicales.
Cuando un producto no está disponible localmente, se importa. Eso implica tiempos de transporte más largos, posible almacenamiento en frío y una mayor huella de carbono.
Un dilema común:
Dato curioso: las manzanas
que se venden en Francia en abril pueden proceder de Nueva Zelanda. Han recorrido 20.000 km... porque la temporada europea ha terminado, pero acaba de empezar en el hemisferio sur.
Sin embargo, los consumidores suelen esperar "el mismo lineal todo el año". Por eso es crucial que los profesionales gestionen con inteligencia las transiciones estacionales y comuniquen claramente los orígenes.
La estacionalidad es algo más que un calendario: es una palanca estratégica para comprar mejor, vender de forma más inteligente y consumir de forma más responsable. Para los profesionales, entender las temporadas de cultivo globales significa una mejor gestión del suministro, márgenes más sólidos y un abastecimiento más sostenible.
En Consentio, le ayudamos a controlar estos ciclos, conectándole con sus proveedores, ayudándole a anticiparse a las ofertas y ofreciéndole la visibilidad que necesita. Todo el año.